Creatividad + IA

«La creatividad es la industria del mañana»


 

Mi intención con este artículo no es la de dar una opinión formada sobre cómo la inteligencia artificial acabará afectando a las profesiones creativas porque, sinceramente, no la tengo. Tampoco es la de compartir datos y estadísticas probables ni la de vaticinar futuros. Más bien es la de compartir impresiones y cuestiones casuales que seguramente muchos de nosotros nos hemos hecho desde que la inteligencia artificial ha irrumpido en nuestras vidas.

© Wowtiful

«La creatividad es la industria del mañana», así lo afirmó la UNESCO cuando declaró el año 2021 como el Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible, reconociendo que la economía creativa es un enfoque clave para resignificar los grandes desafíos que el mundo está viviendo.

Ante un futuro incierto, en el que las ventanas de nuevas posibilidades surgen y desaparecen cada vez más rápido, el desarrollo de habilidades como el pensamiento creativo y el pensamiento crítico parecen ser claves para poder abordar la complejidad que se avecina. Así lo señaló el World Economic Forum en su informe The Future of Jobs 2023. En este contexto, la creatividad destaca como una de las 10 habilidades fundamentales identificadas por esta organización, vinculada estrechamente a la Revolución 4.0.

Como seres humanos sabemos que la creatividad es una de las capacidades más importantes que poseemos, gracias a ella podemos resolver problemas complejos ante los desafíos que se nos presentan. Y como ya hemos visto, desarrollar y entrenar esta capacidad será un factor clave para la empleabilidad de cara al futuro.

Sin embargo, con la aparición masiva de la inteligencia artificial hace poco menos de un año y medio, muchos profesionales creativos hemos empezado a plantearnos hasta qué punto nuestra capacidad y desempeño creativo se verá afectado por la implementación de esta tecnología en las empresas y en nuestros ámbitos de trabajo.

Sin duda, en este breve periodo de tiempo han surgido teorías y posicionamientos de todo tipo y para todos los gustos. Desde los tecnoptimistas que anuncian que todos sin excepción tenemos que implementar esta tecnología sin más dilación en nuestro día a día y ponernos a desarrollar prompts como si no hubiera un mañana, pasando por los tecnorrealistas, más críticos con el papel que tiene la tecnología en el desarrollo humano y en la vida cotidiana, llegando al extremo de los tecnófobos que se niegan a contemplarla y que temen las consecuencias que puede llegar a acarrear.

Seguramente existirán más etiquetas, pero yendo a lo esencial creo que el concepto más importante que debemos tener presente es que la inteligencia artificial (de aquí en adelante IA) no es una tecnología neutral, ya que los datos en los que se basa no están a salvo de los prejuicios y errores humanos. También, según la UNESCO, la falta de transparencia de las herramientas de la IA hace que la toma de decisiones de estas sea muchas veces ininteligible para los humanos.

En una entrevista reciente le preguntaron a Remedios Zafra (filósofa y escritora) sobre este tema, ella contestó señalando que la tecnología desempeña un papel cada vez más importante en nuestro desarrollo personal y profesional. Esta situación nos plantea un desafío adicional: la dificultad para poder distanciarnos y cuestionarnos el sistema tecnocapitalista en el que estamos inmersos. Remedios Zafra sugiere que si conseguimos recuperar la distancia crítica necesaria con el presente y adoptar una estrategia creativa que nos ayude a comprender qué nos hace únicos frente a la máquina, podremos dar el primer paso para trabajar con la IA.

La creatividad nos singulariza y no debemos pasar por alto que la IA, por el momento, no es creativa. Yo misma se lo he preguntado directamente al ChatGPT 😂:

Y tú, ¿Cómo de creativa eres?

Como inteligencia artificial, no poseo creatividad en el sentido humano. Mi «creatividad» se basa en patrones y datos aprendidos durante mi entrenamiento, y mi capacidad para generar respuestas está guiada por algoritmos y reglas predefinidas. Aunque puedo ofrecer información, sugerir ideas y responder de maneras diversas, no tengo experiencias, emociones ni la capacidad de crear de manera original o subjetiva como lo hacen los humanos. Mi función principal es procesar y generar texto en función de las entradas que recibo.

La verdadera creatividad, con toda su complejidad, emoción y originalidad, sigue siendo una característica distintiva de la mente humana. La colaboración entre humanos y tecnología, incluida la inteligencia artificial, puede ser fructífera cuando se aprovechan las fortalezas de ambas partes.

Aunque la IA no pueda reemplazar la creatividad humana en su totalidad, sí que existen trabajos etiquetados como «creativos» que en realidad son procesos mecánicos fácilmente reemplazables por la IA. Seguramente todos sabemos qué parte de nuestro trabajo es fácilmente sustituible, y que lo que toca ahora es elevar la conciencia de lo que creamos apostando por generar valor y sentido. De no ser así, corremos el riesgo de caer en la irrelevancia al permitir que la tecnología nos conduzca hacia una producción desprovista de alma, de autenticidad y de profundidad.

Ser fieles a nosotros mismos, diferenciarnos, ser disruptivos… sé que parece una receta para el éxito de un manual barato de autoayuda, pero creo que tiene mucho de verdad. No es el camino fácil ni el más corto, y aunque vivamos instalados en la era de la eficacia, de la caducidad y de la velocidad vamos a tener que huir de los lugares comunes y de las reiteradas simulaciones de novedad.

Pero al igual que no existe el ying sin el yang, todo lo anteriormente mencionado también tiene su dark side of the moon, o sea, para ser fieles a nuestros valores o comprometernos con nuestras ideas hay un peaje que pagar y unas consecuencias que deberemos asumir: a veces, el fracaso será parte de nuestro camino, y en otras ocasiones, nos sentiremos aislados del rebaño por ser esa nota disonante que no todos están dispuestos a escuchar.

Lejos de preceder el objeto al punto de vista, se diría que es el punto de vista el que crea el objeto…

Ferdinand de Saussure, lingüista y filósofo suizo del siglo XIX y principios del siglo XX

Esta cita de Saussure resalta cómo el lenguaje influye poderosamente en como entendemos la realidad y cómo nuestra propia visión modela nuestra experiencia del mundo. La creatividad humana se asemeja a un juego de perspectivas y significados en el que podemos encontrar nuevos ángulos y dar forma a realidades alternativas en función de cómo utilicemos el lenguaje y los signos para reinterpretar el mundo.

La creatividad no solo implica la producción de obras, sino también la interpretación que hacemos de ellas. Es nuestra habilidad para explorar y expresar ideas desde una perspectiva única y personal. Nuestro punto de vista es nuestra brújula, nuestra posibilidad de llegar a nuevos horizontes de significado. Quizá es esto lo que el mundo nos está demandando.

 

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Chus Moreno

Diseñadora gráfica con más de 20 años de experiencia.

Actualmente especializada en naming, creación de nombres de marca y en branding.

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